martes, 22 de abril de 2014

Hacia la luz.

La palabra muerte proviene del latín mors, mortis. Mors es en la mitología romana la representación de la muerte y su equivalente en la mitología griega es Tánatos.
El diccionario la define como el término de la vida a causa de la imposibilidad orgánica de sostener el proceso homeostático. Se trata del final del organismo vivo que se había creado a partir de un nacimiento. Ahora bien, el proceso homeostático es la capacidad de los organismos vivos de mantener una condición interna estable, compensando los cambios en su entorno.
Así de simple y llano.
Cómo morimos, cuándo morimos, por qué morimos? hay un destino? sabemos en un nivel muy sutil el momento en que partiremos? hay otras personas que pueden sentirlo? predecirlo? hay accidentes Dios decide cuándo se va cada uno? son preguntas que nadie se ha podido responder antes de llegado el turno de cada uno. No lo imaginamos. No lo esperamos. No lo entendemos. Muchas veces, no lo aceptamos.
19 de Marzo. 2014. Un mensaje. Una llamada. Temor. Una luz que se apagaba. Un accidente.
Horror. Hablar en voz bajita. Lágrimas ahogadas. Dolor. Esperar. Confirmar. Dar la noticia. Callar la noticia. Compartir la noticia. Pedir ayuda. Dormir. No dormir. Descansar. Soñar que todo fue un mal sueño. Despertar. Recordar. Querer cambiarlo todo.
Aquellos que creen en el budismo sostienen que hay un proceso de 49 días después de la muerte de una persona. Se cree que en este tiempo las almas viven tres etapas principalmente. La primera, en la que se dan cuenta y se enfrentan a su nueva realidad: han muerto. La segunda, cuando se enfrentan a sus demonios, que no son otra cosa más que las acciones de cada uno a lo largo de la vida. La tercera y más importante: la preparación para la reencarnación, o bien, en el mejor de los casos, la iluminación completa y el viaje al Nirvana.
Los cristianos ( aquellos que creen en Cristo) hablan de la resucitación, de la resurrección, de la vida eterna al lado del Padre. El catolicismo predica que el arrepentimiento antes de morir es la puerta al perdón, a la ascensión. La salvación.
Dante hablaba de un proceso dolorosísimo...infierno, purgatorio y paraíso. Pocos son merecedores de subir a través de aquellos 7 anillos del purgatorio. Muchos se quedarían por siempre en el infierno. Pocos llegarían al paraíso.
Orientales y Occidentales coinciden en una cosa: las almas buscan la luz al morir. Las almas caminan hacia una luz eterna, hacia un crecimiento del ser, hacia lo que llamamos, el más allá.
Pero qué hay más allá? quién lo puede constatar? quién lo ha visto? quién ha regresado? quién tiene testigos? quién tiene la verdad en sus manos? A dónde van los muertos? En dónde están todas las almas dejan sus cuerpos? Pesa realmente 21 gramos?
Cuántas preguntas sin respuesta. Cuántas dudas. Cuántos deseos de echar las manecillas del reloj atrás.
Dalita bonita...este escrito es para ti. Desde ese día, te he escrito poco...te he sentido mucho. Me ha dolido aún más. Nos has dolido a todos los que nos quedamos y que te amamos. Incluso le has dolido a quienes solo te conocieron, a quienes no llegaron a amar tu eterna sonrisa y tu liviana y cálida presencia. Te escribo aquí, desde aquí, a un lugar al que no llegan las cartas, a un lugar en el que los correos no abren, donde la velocidad del internet no importa. Te escribo aquí, desde aquí, a ti, que ya no lees...con la esperanza de que mis letras vuelen y entonces las encuentres por ahí, volando en el cielo y de alguna manera las puedas entender, porque me imagino que tu ya hablas otro idioma.
Dalita bonita...el tiempo pasa rápido. Muy rápido. 5 semanas ya. 5. Cinco. Hoy se me olvidó...abrí mi teléfono...vi el whats...vi tu foto...y estuve a punto de escribirte...amiga? fue un instante menor a un segundo siquiera, pero me pasó. Lo olvidé. Pensé que seguías aquí...Y en otro instante igual de corto caí en la cuenta y seguí haciendo lo que estaba haciendo que ya no recuerdo que era...
Recibir la noticia de la muerte de alguien es muy duro. Dar la noticia de la muerte de alguien es peor. Viajar al velorio. Viajar a acompañar a la familia. Viajar para acompañarnos todos en ese dolor. Postergamos tanto aquel viaje. Postergamos tanto ese momento de vernos. Todas. Aquellas. Las amigas de aquellos años...el clan. Y mira cómo vinimos a reunirnos. Para despedir a una de nosotras mismas.
Hay quien piensa que un velorio es un momento que ni siquiera debería de existir. Recibir condolencias de gente que muchas veces no conoces. Esconder tu llanto para agradecer a quien está ahí. Ocultar cómo se desgarra tu alma, aunque tu cuerpo siga ahí, vivo, y entonces no tengas más remedio que sonreír. Yo no lo veo así. Para mí, muy personalmente, los rituales y las ceremonias son siempre importantes. Celebramos la vida...y así también, celebramos la muerte. La lloramos, la reímos, la compartimos. Nos acompañamos en un momento que duele hondo y en el que la nostalgia nos abraza. Aún así, es un momento que reúne a las familias, a los amigos, a los viejos y nuevos amores, a los conocidos y a los desconocidos también. Es una oportunidad para expresar nuestros sentimientos. Es una oportunidad para hacer un silencio interior. Es una oportunidad para ser un apoyo para las familias que lo necesitan. Es, de cualquier manera, terriblemente doloroso. Terriblemente triste...aunque sí, se escuchen de repente unas que otras risas.
Dalita bonita...hace un poco más de un año te fuiste a Monterrey. De alguna manera ya sabía que no nos veríamos tan seguido...pero ya te extrañaba. No era lo mismo sin ti. A veces decía, hoy le voy a llamar en la noche. Y llegaba a casa, dormía a los niños, cenar, preparar cosas, algo de mails de trabajo, bla, bla bla. Así se iban las semanas. Así pasa el tiempo. Y cómo te echaba ya de menos. Todos estos años en esta ciudad...todos los años anteriores...y tú siempre. Siempre ahí. Me sentí literalmente parte de tu familia, me colé por todos los rincones de tu casa y me hicieron un lugarcito y disfruté contigo aquellas mañanas de café con leche y pan dulce, días enteros escuchando música, cantando, durmiendo, comiendo, riendo, arreglando el mundo...noches de fiesta interminables, bailes sin fin, tus amigos, mis amigos, nuestros amigos. Tu risa. Tu colección de gatos. La trova. El Rock en español. Los viajes. Las comidas. Las fiestas. Los corazones rotos. Los nuevos amores. Los trabajos. La maternidad. La vida en pareja. Mujeres mamás. Casi 25 años. Una vida. Muchas historias. Mucho, mucha emoción. Mucho amor.
Dalita...Dalita todavía más bonita. Te escribo aquí, te escribo desde aquí. Te escribo a ti, que ya no estás. Perdóname...me ha dolido mucho entender que ya no estás aquí....me ha dolido mucho saber que no te podré abrazar de nuevo. La etapa de la negación es terrible, es un poco volverte loco, es un poco vivir en un mundo paralelo y dar vuelta en la siguiente esquina cada vez que la realidad se acerca a ti y te quiere pegar en la frente. A veces, sabes? a veces, me he quedado callada...en silencio...como agazapada...como esperando. Sé que no vas a volver, pero algo en mí quiere que regreses, o espera que regreses, aunque sepa que es una locura y trate de no escuchar esa voz pero al mismo tiempo no quiero que esto sea verdad, pero sé que es verdad...y uff...así...un estambre que crece. Y crece. Y crece.
A veces he sentido, confieso, que aceptar que te fuiste es un poco traicionarte. Me da miedo olvidar tu voz...me da miedo dejar de quererte...me da miedo olvidarte. Lamento que estas dudas ofendan a alguien...tal vez a quien de repente pueda compartir estas mismas o algunas otras dudas....La duda a veces ofende...tú lo sabes, verdad?
Te recordé en la playa en Tampico...cuántas veces nadamos en ese mar...no querías salir nunca del agua, como niña, te quedabas y te quedabas, y te quedabas. Me gusta pensar en ti en el mar. Siempre te vi feliz ahí. Me gusta pensar en ti bailando...eras feliz bailando. Quiero que sigas bailando....y tal vez, en tu nuevo mundo, también puedas bailar y cantar. Y reír.
O tal vez las almas son solo vibraciones que se unen en un nuevo nivel, en una nueva dimensión, mucho más alta por cierto, porque el miedo, el enojo, la ira, son vibraciones muy bajas...y muchas veces quienes estamos "vivos" sentimos todo eso y vibramos bajito bajito....tú seguro estás vibrando alto, muy muy alto. Eso quiero pensar, eso quiero creer.
Camila? Luna? Tus angelitos...están bien, están recuperándose de los golpes físicos. De los del alma, será una vida, sabes? una vida en la que tendrán que luchar el doble y el triple, porque les harás mucha falta...pero están rodeadas de amor...de inmenso amor. Y así estarán siempre, te lo aseguro.
Hace poco tuve oportunidad de presenciar la liberación de tortuguitas, en el mar...nos explicaban. Las liberan por las noches, para protegerlas en lo posible, de los depredadores naturales. Nos prohibieron los flashes...ellas siguen la luz que se refleja en las olas del mar....siguen la luz. Siguen la luz. Su camino a casa. Al mar. A la inmensidad. Solo regresaran a tierra a desovar, y lo harán a la misma playa que las vio nacer. Por eso necesitan andar ese camino, de la arena hacia el mar. Hacia la luz.
Me gustó pensar en ti como en una tortuguita regresando a su mar, viajando hacia la luz. Dalita, mi querida amiga, mi confidente, mi apoyo invaluable, mi cómplice. Como diría Mecano...si te reencarnas en carne, vuelve a reencarnarte en ti...queremos que estés aquí....Si el cielo es una fiesta, baila toda la fiesta, ríe todas las canciones, canta todas las canciones. Si nos hemos de volver a ver, mi preciosa güera, abrázame muy fuerte, compénsame todos los abrazos que ya no nos podremos dar por ahora...
Sigue tu camino hacia esa luz, hacia ese mar, hacia esa inmensidad, mi amiga del alma...mi Dalita Bonita. Mi Yuyi...Gua...te quiero amiga....te quiero, siempre.

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